Cestería en Voqui Pil Pil

La cestería es un tipo de artesanía de gran difusión en Chile. La necesidad cotidiana de contar con implementos que permitan transportar y acopiar alimentos obtenidos de las faenas en el mar, la agricultura y la recolección en el bosque, han sido desafíos que nuestros pueblos originarios han dado respuestas con la elaboración de recipientes en base a  distintos materiales disponibles en la naturaleza, como arcillas, cueros y en gran medida las fibras vegetales.

En el país hay una importante diversidad de plantas que se utilizan para la confección de bolsas y canastos, con diferentes tamaños, formas y características según sea el uso y las posibilidades de cada fibra. Así, el mimbre es quizás uno de los tipos de cestería de mayor difusión, junto con la totora y el junquillo, entre otras.

El voqui Pil-pil es justamente, un tipo de cestería que por el contrario, ha sido de baja difusión en la producción artesanal, tanto por la poca abundancia de esta planta, lo acotado de su distribución y la complejidad que requiere su confección, aspectos que hacen de este tipo de cestería una creación de características muy particulares, y que por lo mismo, en los últimos años ha tomado gran valoración. Lo que sumado a la introducción de innovaciones en el diseño, le han dado un nuevo carácter a un tipo de artesanía propia del mundo Mapuche Lafkenche del sur de Chile.

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La Planta:

El Voqui pil-pil es una guía rastrera que se recolecta en el monte, en zonas de mucha humedad, es una planta nativa que crece en zonas de bosque y matorral donde existan lluvias constantes. Se da principalmente en la selva valdiviana en sitios junto a esteros y lagunas.

Esta planta trepa por los árboles buscando la luz, alcanzando hasta 7 mt. de largo. Pero las plantas que se utilizan para la confección de artesanía, son las que crecen a ras de tierra, ya que estas al estar muy húmedas son flexibles para tejer, a diferencia a las que crecen en los árboles que son quebradizas.

Los artesanos Mapuche Lafkenche de la zona costera de la región de Los Ríos, llevan generaciones utilizando esta fibra, por lo que saben mejor que nadie, que el voqui pil-pil se encuentra asociado sólo a ciertas especies, así la presencia de maquis, canelos, arrayanes, laureles y murtillas son especies guías para llegar a encontrar el voqui pil-pil.

La confección de la artesanía

El proceso de las creaciones en voqui pil-pil comienzan con la recolección, la que se hace en el “monte”, recorriendo el bosque y tomando las hebras que se van juntando en rollos. Hoy en día los artesanos conocen de la escasez que viene experimentando esta planta, por lo que procuran ir siempre dejando ciertas hebras en el lugar para que la planta siga su proceso natural,  vuelva a crecer y se reproduzca, asegurando que el recurso no se agote.

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Una vez que los artesanos cuentan con los rollos de voqui pil-pil cosechados, este material se pone a cocer en un fondo grande, dejándolo hervir sumergido en agua por 8 a 10 horas. Posteriormente las fibras se retiran del fondo y se dejan reposando en un estero con agua corriente para que vaya lavando el material. Este proceso tarda entre 15 a 20 días, lo que permite que la corteza se ablande para sacarla, lo que se realiza primero pisando los rollos con botas y piernas firmes, y luego hebra por hebra se limpia para dejar el voqui pil-pil totalmente sin hojas, corteza, ni raíces.

Finalmente las fibras limpias son tendidas al aire para darles un secado controlado, ya que el material debe conservar cierto grado de humedad para que se mantenga flexible en el proceso de tejido. Así, tras casi un mes desde el momento de la recolección en el monte, el artesano o artesana ya está en condiciones de comenzar con el tejido para confeccionar canastos o figuras.

La técnica en este tipo de cestería es básicamente el entramado, que consiste en el entrecruzamiento de hebras sobre una urdiembre. En la medida que el artesano va desarrollando destreza en la técnica va avanzando desde figuras más sencillas como canastos y argollas, hacia figuras más complejas como aves y el árbol de la vida, que si bien son figuras netamente ornamentales que no son parte de la tradición, y que se incorporaron sólo hace algunas décadas, han sido en buena medida verdaderos íconos de la artesanía chilena, por su belleza, originalidad y lo fino del resultado de estas verdaderas esculturas en fibra vegetal.

Así mismo en los últimos años también se ha incorporado el uso de anilinas artificiales, incorporando principalmente el color negro y el rojo a los trabajos

Estos cambios, nos hablan que la artesanía está viva y que evoluciona en el tiempo. Otra muestra más es la dedicación a esta artesanía que hoy en día es practicada de manera común tanto por hombres como mujeres, lo que difiere a generaciones anteriores en que era una dedicación fundamentalmente de las mujeres lafkenches.

Más información respecto a la artesanía en voqui pil-pil puedes encontrar en el siguiente enlace

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