Tejido en Crin de Rari

No todos los habitantes de nuestro país han escuchado hablar de las Artesanías de Crin, y si no todos los chilenos la conocen, imagínate lo poco renombrada que es esta técnica en el mundo. Pero, por si no lo sabes, te contamos que este tipo de producto -que representa una parte de nuestro sello chileno- es único y se trabaja exclusivamente en nuestro país.

Sus Inicios

Entre las familias que realizan la Artesanía en Crin, existen diversas versiones de cómo se dio origen a esta práctica. Pese a esto, todas las historias concuerdan en que el arte de trenzar la crin, existe en generaciones desde hace más de 200 años y aunque se desarrolle en otras localidades, es propia del pueblo de Rari, perteneciente a la comuna de Colbún, Región del Maule.

¿Sabes cómo se comenzó a tejer su historia? Una de las leyendas más populares es la que cuenta que este oficio nació de una derivación del trenzado del mimbre, pero realizada con raíces y tallos de maíz, los cuales eran llamados huiras (del quechua wiru, que significa tallo de maíz verde).

Con el paso del tiempo, las mujeres tejedoras que aplicaban esta técnica, comenzaron a ser llamadas huiras y sus primeros trabajos fueron figuras de cestería en miniatura hechas con raicillas, y de aspecto más simple y tosco que las actuales figuras.

Más o menos a partir de los años 30, comenzaron a usarse crines de caballo teñidas de colores para ser más llamativo y darle mayor vida a las figuritas. Así la trama pasó hacerse en crin y la urdiembre en fibras de raicillas, como las del alamo. Un par de décadas más tarde, dicho material fue reemplazado por el tampico, una raiz vegetal importada de méxico, con mucha más flexibilidad que la anterior fibra, y que es la que actualmente se utiliza.

ramo de florcitas de crin

Ramo de florcitas globo de Eliana Carter

Transmisión y aprendizaje

Hoy, en Rari, y en general en la comuna de Colbún, la técnica de cestería en crin, es transmitida de generación en generación, así como la mayoría de las técnicas artesanales presentes en nuestro país.

En el caso del tejido en crin, son principalmente las mujeres quienes desarrollan el oficio. Así, las mujeres de la casa, se reúnen en espacios comunes para tejer la crin; En los tiempos libres que deja el desarrollo de otros oficios, o bien las labores domésticas, se reúnen mamás, abuelas y nietas en el comedor, la cocina o bajo la sombre de algun árbol, a tejer y al mismo tiempo retransmitir saberes y cultura. No solo se urde y se entrama; sino que también se resignifica esta practica que ya tiene casi 200 años de existencia y que es única en el mundo.

Esta técnica, es desarrollada por los miembros de la familia según su edad y género, dividiéndose las labores entre: trabajar, secar y teñir el crin, tejerlo, diseñar figuras, enseñarlo a sus familias y finalmente vender las artesanías, las cuales, son uno de los atractivos principales de la zona.

proceso de elaboración

Su preparación requiere bastante trabajo desde la obtención de la materia prima, hasta que ya puede ser utilizada.

Lo primero que debe hacerse es limpiar la crin, pues esta proviene de mataderos, y por lo mismo es común encontrar en ella restos de sangre, grasa u otra suciedad indeseada. Para que quede muy limpia, la crin se deja remojando en agua con cloro o algún detergente, durante varias horas. Luego se lava muy bien, se enjuaga, se deja secar y se peina. Durante el proceso de peinado también se selecciona la crin, eliminando las hebras que no sirven, como las muy cortas o enredadas.

La siguiente etapa es el teñido, en el que se utilizan anilinas químicas de colores, aunque también se realizan tejidos con la crin en su estado natural, dando como resultado bonitas piezas jaspeadas en el tono natural de cada animal.

En el caso del teñido, la crin blanca es la más cotizada, ya que revela fielmente los colores añadidos. Para el teñido se hace hervir durante aproximadamente 15 min., en una olla con agua y sal, o con el uso de algún otro fijador. Luego se enjuaga en agua fría y se deja secar a la sombra para proteger el color. La técnica no es distinta a la utilizada para teñir otras fibras.

Por otra parte, el tampico se trabaja en su color natural, ya que el entramado de crin teñido oculta su color blanquecino, aunque también es posible ver artesanas que comienzan a agregar color al tampico, dando lugar a atractivas piezas con un sello distintivo.

 

 

Las figuras que es posible encontrar son de carácter ornamental y accesorios femeninos, tales como: aros, collares, canastos, flores, posavasos, cuadros, prendedores, pulseras, entre otros. Y Las temáticas están inspiradas en la vida cotidiana y cultura de la zona de Colbún, Rari y Panimávida.

Hay figuras tradicionales que las artesanas repiten cada vez, y otras en las que la creatividad de las artesanas, da como resultado figuras originales y con un sello distintivo propio.

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